En las dos viñetas podemos ver escenas de la vida diaria, en ambas pasa casi imperceptible accionar de la tecnología y cómo ella ha ido cambiando la interrelación que poseemos con nuestros padres, hijos, hermanos, además de los cambio de los hábitos en la búsqueda y recepción de información.
Podemos observar que los vínculos cada vez son más escasos;
mirarnos cuando dialogamos, realmente escuchar al otro, interactuar de manera
efectiva, aunque hablemos el mismo idioma no siempre nos relacionamos de manera
correcta.
Visualizamos una familia reunida frente a una televisión,
sin interacción entre ellos; esto es un espacio individual. Ahora ¿cuánto más
individual lo podemos hacer? Si prestamos atención, y seguimos observando, esa
pantalla que en primera instancia era una para toda la familia ahora es una por cada integrante (cada uno
posee su propio celular), hoy podemos seleccionar: qué ver, cuándo y cuánto
tiempo. Actualmente y como indica Néstor
García Canclini en su texto: ¿Dónde está
la caja de herramientas? “La televisión, los cines y espectáculos musicales, o
sea lo producido empresarialmente, tiene más público que las bibliotecas, los
museos y las librerías”. En este nuevo contexto, no podemos dejar de pensar en
la escuela actual, la necesidad de adaptarse a esta “realidad”, donde el centro
cultural y del saber ya no se encuentra donde históricamente estaba, “La
escuela debe ofrecer, más que un saber preestablecido, aquello que el mercado y
el predominio de la cultura audiovisual no están dando, y quizá no pueden
ofrecer: una organización”.
Y en este punto, podemos visualizar la otra imagen, donde lo
vemos a Gargamel que por fin logro atrapar a Papa Pitufo. Quienes tenemos algunos años, sabemos de las peripecias que pasaba
para hallar la aldea y esa información se encontraba en Google Maps. La frase que resume esto es: Google lo sabe, y
en consecuencia debemos replantearnos qué contenidos necesitamos transmitir
desde la escuela a estas nuevas generaciones.
Saludos y los leo
